Para
que Alemán pudiera estudiar el bachillerato, en 1920 la familia se impuso una
mudanza más, a la ciudad de México. Ahí ingresó a la Escuela Nacional
Preparatoria; donde se destacó por su simpatía, carisma e hiperactividad.
Como
el número de alumnos inscritos era numeroso que rebasaba los límites del cupo
escolar, fue necesario establecer un grupo más para los muchachos provincianos
que habían cursado sus estudios irregularmente; al que se le llamó "Grupo
H".
En esa casa de estudios fundó y participó en el periodiquito
intitulado Eureka entre 1920 y 1925 junto con Antonio Ortiz Mena, Gabriel Ramos
Millán y Héctor Pérez Martínez; con quiénes realizaría actividades de todo
tipo: desde asistir a actividades políticas estudiantiles, hasta ir a
balnearios y a días de campo.
En ese tiempo, Alemán logró entablar grandes
amistades, que permanecerían unidas y lo acompañarían en la presidencia y
durante toda su vida. Estudiando la universidad, Miguel, hubo de suspender sus
estudios en dos ocasiones por razones económicas.
La primera para ayudarle a su
padre, quien le aconsejó no seguir la carrera militar; y otra cuando se agotó
el dinero en su familia y tuvo que regresar a Coatzacoalcos, donde su madre
abrió una tienda de abarrotes y él consiguió empleo en la compañía petrolera El
Águila; donde aprendió inglés, fue escribiente y auxiliar del geólogo Robert
Pike, con quien entablaría una buena amistad.
En
1925 se matriculó en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde por su rostro
afiliado y su carácter juguetón era apodado “El Pajarito”. En la Universidad se
reencontró con varios de sus compañeros del Grupo H, y en septiembre de 1927,
Alemán les propuso la firma de un pacto de ayuda mutua denominado grupo H-1920.
Miguel Alemán logró acabar su licenciatura en derecho en tres años,
recibiéndose el 29 de junio de 1928 con la tesis “Las enfermedades y riesgos
profesionales”, producto de un buen trabajo de campo que realizó en las minas
de Real del Monte, en Pachuca.
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